jueves, 25 de diciembre de 2014

"El Cadmio envejece "


El cadmio puede provocar el envejecimiento celular
 Según los resultados de un estudio, incluso pequeñas cantidades del metal pesado están asociadas al acortamiento de los telómeros. Según un estudio estadounidense, el cadmio puede acelerar el envejecimiento celular.
 En un estudio publicado en la “American Journal of Epidemiology”, los investigadores encontraron que incluso las bajas concentraciones en el organismo de este metal pesado están asociadas al acortamiento de los telómeros.
 Científicos de la Universidad George Washington, en Washington DC, analizaron muestras de sangre y orina de 6700 adultos que participaron en el Estudio nacional de revisión de la salud y la nutrición (National Health and Nutrition Examination Survey, NHANES) desde 1992 hasta 2002. También determinaron la longitud de los telómeros en las células sanguíneas utilizando la reacción en cadena de la polimerasa.
 Posteriormente, los sujetos del estudio se dividieron en cuatro grupos en función de las concentraciones de cadmio encontradas.
El estudio mostró que aquellos con las concentraciones más altas tenían los telómeros un 6 % más cortos que aquellos que presentaban las concentraciones más bajas.
“Las personas con las mayores exposiciones al cadmio tenían células que parecían un promedio de 11 años más viejas que su edad cronológica”, explicó Ami Zota, autor del estudio. Pero incluso las personas con las concentraciones más altas seguían teniendo cantidades minúsculas del metal pesado en su torrente circulatorio.
Así pues, los científicos llegaron a la conclusión de que el cadmio también es nocivo en concentraciones inferiores a las consideradas seguras en la actualidad y destacaron que únicamente la ausencia de exposición al cadmio es segura.
El metal pesado se encuentra, entre otras fuentes, en el humo de los cigarrillos y puede pasar a la cadena alimentaria a través del suelo contaminado.

martes, 28 de octubre de 2014

''El mal olfato se relaciona con menos longevidad''

La pérdida de olfato puede predecir una muerte cercana
 Un estudio revela que es un indicador de próxima mortalidad más fiable que diagnósticos como el del cáncer o la insuficiencia cardiaca Para las personas mayores, el hecho de ser incapaz de identificar olores puede ser un fuerte predictor de muerte en un periodo de cinco años, según un estudio publicado en la revista PLOS ONE y realizado con más de 3.000 personas en EEUU. Solo el daño hepático grave resulta un predictor de muerte más potente, afirman los científicos.
 Para las personas mayores, el hecho de ser incapaz de identificar olores puede ser un fuerte predictor de muerte en un periodo de cinco años, según un estudio publicado en la revista PLOS ONE.
 En la investigación, un 39% de sujetos que no pasó una prueba de olor sencilla murió durante ese tiempo, en comparación con el 19% de las personas con pérdida moderada de olor que también participaron en el estudio y, sobre todo, con el 10% de aquellos que pasaron bien la prueba, esto es, que tenían un sentido del olfato en plena forma.
 De hecho, la disfunción olfativa resultó mejor para predecir la mortalidad que un diagnóstico de insuficiencia cardiaca, cáncer o enfermedades pulmonares, señalan los investigadores. Solo el daño hepático grave resultó un predictor de muerte más potente. Para las personas que ya están en alto riesgo por otras causas, carecer de un buen sentido del olfato supuso asimismo tener más del doble de probabilidades de morir en un lustro o menos.
 Como el canario en la mina de carbón "Creemos que la pérdida del sentido del olfato es como el canario en la mina de carbón", afirma el autor principal del estudio, Jayant M. Pinto, de la Universidad de Chicago en un comunicado de esta. "No causa directamente la muerte, pero es un presagio, una advertencia, de que algo va muy mal, de que el daño ya está hecho. Nuestros hallazgos podrían proporcionar una prueba clínica útil; una forma rápida y barata de identificar a los pacientes con mayor riesgo".
 El estudio fue realizado con 3.005 hombres y mujeres de entre 57 a 85. Entre los años 2005 y 2006, todos fueron sometidos a una prueba de olfato que consistió en identificar cinco olores: menta, pescado, naranja, rosa y cuero. El número de fallos determinó la capacidad o incapacidad olfativa de los participantes: el 78% de los evaluados tuvo una capacidad olfativa normal; el 45,5% identificó correctamente cinco de cinco olores; y el 29% identificó cuatro de cada cinco. Casi el 20% identificó dos o tres de cada cinco y, por último, un 2,4% sólo uno de los cinco aromas y el 1,1% ninguno. Cinco años después, los investigadores buscaron a los mismos voluntarios, para someterlos a un análisis olfativo similar.
Descubrieron que 430 de ellos ya habían muerto y que 2.565 seguían con vida. Artículos relacionados Creer que un olor es irritante provoca inflamación a los asmáticos El calentamiento global puede cambiar el olor de la Tierra Nueva técnica de ultrasonidos permite ver como "huele" el cerebro La nariz humana detecta el género de otra persona por el olor Crean el oPhone, un teléfono que emite olores Posibles causas Cuando los investigadores ajustaron variables demográficas -como la edad, sexo, nivel socioeconómico (medido por la educación o de los activos), la salud en general, y la raza- resultó que los que habían tenido una mayor pérdida de olfato en la primera prueba presentaron sustancialmente más probabilidades de haber muerto cinco años después de esta. Incluso la pérdida de olor leve se asoció con un mayor riesgo de muerte.
 En general, los investigadores determinaron que aquellos voluntarios que fallaron en la primera prueba tenían una probabilidad cuatro veces más alta de morir en los cinco años posteriores que aquellos que habían identificado los cinco olores bien. Aunque aún no se sabe con certeza por qué se da esta relación entre disfunción olfativa y probabilidad de muerte, los científicos han señalado varias causas.
 En primer lugar, la pérdida de olfato relacionada con la edad puede tener un impacto sustancial en el estilo de vida y en el bienestar, pues muchas personas con déficit olfativo pierden la alegría de comer, hacen malas elecciones de alimentos, en definitiva, se nutren peor.
 Además, se exponen al riesgo de no detectar olores que indiquen peligro, como los de una fuga de gas o los de humo.
 Por otra parte, el nervio olfativo, único nervio craneal directamente expuesto al entorno, podría funcionar como un conducto por el que el sistema nervioso central quede expuesto a la contaminación, las toxinas en el aire, los patógenos u otras partículas nocivas. Por último, "una disminución en la capacidad para oler puede ser señal de una disminución en la capacidad del cuerpo para producir componentes clave que van disminuyendo con la edad; lo que provocaría la mortalidad por diversas causas".
 Referencia bibliográfica: Jayant M. Pinto, Kristen E. Wroblewski, David W. Kern, L. Philip Schumm, Martha K. McClintock. Olfactory Dysfunction Predicts 5-Year Mortality in Older Adults. PLoS ONE (2014). DOI: 10.1371/journal.pone.0107541.

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martes, 7 de octubre de 2014

''Importante diferencia entre cerebro de hombres y mujeres''

Con frecuencia, se han observado diferencias por lo que respecta a la predisposición a padecer enfermedades neurológicas en hombres y mujeres.
Un grupo de investigadores de Gran Bretaña puede haber encontrado la explicación.
Hay una serie de diferencias en el modo en el que los genes se expresan en el cerebro de los hombres y las mujeres.
El estudio se ha publicado en la revista Nature Communications.
 Un grupo de investigadores (University College London) ha analizado una serie de muestras de autopsia del cerebro y la médula espinal de más de 100 personas.
Se analizó la expresión de todos los genes de 12 regiones cerebrales. Se observaron diferencias entre los sexos en todas las regiones. En total, afectaban al 2,5 por ciento de todos los genes expresados en el cerebro.
 Los investigadores prestaron especial atención al gen NRXN3, que desempeña una función destacada en el autismo.
Este gen se transcribe de dos formas diferentes. Los investigadores señalan que una forma se expresa de forma similar en los hombres y en las mujeres, mientras que la otra forma se produce en cantidades muy inferiores en las mujeres en el tálamo.
 Esto puede explicar por qué el autismo es más frecuente en los hombres. “Hay pruebas convincentes de las diferencias entre hombres y mujeres por lo que respecta a la predisposición a padecer enfermedades neurológicas, pero hasta ahora el motivo de esta diferencia no estaba claro”, explica la investigadora sénior Mina Ryten.

miércoles, 6 de agosto de 2014

''Médicos estudian como detener el envejecimiento''

La medicina se enfoca casi completamente en combatir las enfermedades crónicas de una manera fragmentada a medida que aparecen los síntomas.
 En cambio, se debiera dirigir más esfuerzos para promover las intervenciones que tienen el potencial de evitar múltiples enfermedades crónicas y prolongar las vidas saludables.
Investigadores dicen en la revista Nature que al tratar las causas metabólicas y moleculares del envejecimiento humano es posible ayudar a las personas a mantenerse sanas hacia las décadas de los 70 y los 80.
En un comentario publicado recientemente en Nature, tres expertos en gerontología recomiendan avanzar a estrategias preclínicas y clínicas que han demostrado que retrasan el envejecimiento en animales. Además de promover una dieta saludable y ejercicio constante, estas estrategias comprenden disminuir las causas metabólicas y moleculares del envejecimiento humano, como la acumulación creciente de daño celular que ocurre con el tiempo.
 Los investigadores, de la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington en St. Louis, Universidad de Brescia en Italia, y el Instituto Buck para la Senectud y la Investigación y el Instituto de Longevidad de la Universidad de Southern California, señalan que los incentivos económicos en la investigación biomédica y la atención a la salud recompensan el tratamiento de las enfermedades más que promover una buena salud. «No se tiene que ser matemático o economista para comprender que nuestro enfoque actual en la atención a la salud no es sostenible», dijo el primer autor Dr. Luigi Fontana, PhD, profesor de medicina y nutrición en la Universidad de Washington y la Universidad de Brescia. «A medida que el atacar las enfermedades ha ayudado a las personas a vivir más tiempo, se la pasan enfermos más años con trastornos múltiples relacionados con el envejecimiento, y esto es costoso», dijo. Las enfermedades de la vejez, como la insuficiencia cardiaca, la diabetes, la artritis, el cáncer y la enfermedad de Alzheimer, tienden a aparecer en paquetes, señalan los investigadores.
Más de 70% de las personas mayores de 65 años tienen dos o más enfermedades crónicas. Sin embargo, señalaron, estudios sobre dietas, genes y fármacos indican que las intervenciones dirigidas a vías moleculares específicas que retrasan una enfermedad relacionada con la edad a menudo detienen también a otras. «La insuficiencia cardiaca no ocurre de inmediato», dijo Fontana. «Tarda 30 ó 40 años de un estilo de vida no saludable y la activación de vías relacionadas con el envejecimiento por anomalías metabólicas como hipertensión arterial, hipercolesterolemia y diabetes de tipo 2, que hacen que una persona sufra insuficiencia cardiaca en la década de sus 60.
 Así que proponemos utilizar intervenciones en el estilo de vida - como una alimentación saludable personalizada y un programa de ejercicio - para regular por decremento las vías del envejecimiento de manera que el paciente evite en primera instancia la insuficiencia cardiaca». Su propia investigación ha resaltado posibles beneficios de la restricción alimentaria para extender una vida saludable. Ha descubierto que las personas que consumen una cantidad significativamente menor de calorías, y a la vez tienen una nutrición óptima, tienen corazones «más jóvenes», más flexibles.
También tienen una presión arterial significativamente más baja, mucha menos inflamación y sus organismos y sus músculos esqueléticos funcionan en formas similares a los músculos de personas que son significativamente más jóvenes. Fontana y sus colaboradores también señalan que varias vías moleculares que aumentan la longevidad de los animales también se ven afectadas por fármacos autorizados y en fase de experimentación, como la rapamicina, un fármaco antineoplásico y contra el rechazo de órganos, y la metformina, un fármaco utilizado para tratar la diabetes de tipo 2.
Múltiples moléculas naturales y sintéticas afectan a las vías compartidas por el envejecimiento, la diabetes y su síndrome metabólico relacionado. Asimismo, se sabe que dietas saludables y la restricción de calorías ayudan a los animales a vivir 50% más. Sin embargo, ha sido difícil capitalizar los avances de la investigación para detener el envejecimiento en las personas. Fontana y sus colaboradores escriben que la mayoría de los médicos no se percatan cuánto ya se sabe sobre los mecanismos moleculares del envejecimiento y su vínculo con las enfermedades crónicas.
Y los científicos no comprenden con precisión cómo funcionan los fármacos que afectan a las vías del envejecimiento. Fontana y sus colaboradores sostienen que llegó el momento de avanzar a estudios preclínicos y clínicos de los hallazgos más promisorios de estudios en animales. También instan a crear criterios de valoración bien definidos para determinar si su eficacia en animales se transferirá a los seres humanos. Son optimistas en ese frente pues al parecer las vías detectoras de nutrimentos y relacionadas con el envejecimiento en los seres humanos son muy similares a las se han abordado para ayudar a los animales a vivir más tiempo y tener vidas más saludables. Sin embargo, abundan los retos.
 El cambio más importante, aducen, es la mentalidad. Los incentivos económicos en la investigación biomédica y la atención a la salud recompensan el tratamiento de las enfermedades más que el promover una buena salud, señalan. «Pero se debe invertir dinero público en extender la vida saludable mediante la identificación del envejecimiento. De lo contrario, nos hallaremos en una crisis demográfica caracterizada por una mayor discapacidad y escalamiento de costos de la atención a la salud», afirman en Nature. «La combinación de una población senil con una mayor morbilidad de enfermedades crónicas y la epidemia de obesidad y diabetes de tipo 2 pronto podrían volver insostenible la atención a la salud para todas las personas, excepto las más ricas»
Fuente revista Nature

martes, 5 de agosto de 2014

''Avances genéticos en lucha contra el cáncer''

El gen BRCA2 normal evita que hibriden ADN y ARN y se formen cánceres
 Cuando está mutado, en cambio, aumenta el riesgo de tumores de mama y ovarios
 Un estudio liderado por el CSIC sugiere que el gen BRCA2, que cuando muta aumenta el riesgo de padecer cánceres de mama y ovario, cuando está en su forma original suprime los tumores porque evita la formación de híbridos entre ADN y ARN, cuya acumulación provoca daño y estrés durante la replicación de la célula.
 Las mutaciones en los genes BRCA1 y BRCA2 aumentan el riesgo de padecer cánceres de mama y ovario. Sin embargo, cuando se encuentran en su forma original, sin sufrir mutaciones, se encargan de suprimir los procesos tumorales relacionados con la aparición de esos dos tipos de cáncer.
 Ahora, un estudio liderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) sugiere que BRCA2 suprime los tumores porque evita la formación de híbridos entre ADN y ARN, cuya acumulación provoca daño y estrés durante la replicación de la célula.
 Estos resultados han sido publicados en la revista Nature. “La formación de híbridos de ADN y ARN hace que los cromosomas se compacten e impide que se repliquen correctamente, lo que provoca mutaciones. Se sabe que la inestabilidad de los cromosomas influye en el origen del cáncer y en este estudio hemos descubierto que BRCA1 y, sobre todo, BRCA2 contribuyen a mantener dicha estabilidad”, explica en la nota de prensa del Consejo el investigador Andrés Aguilera, del Centro Andaluz de Biología Molecular y Medicina Regenerativa, centro mixto del CSIC, la Junta de Andalucía, la Fundación Progreso y Salud, la Universidad de Sevilla y la Universidad Pablo de Olavide.
 Según los autores del artículo, los resultados desvelan funciones moleculares desconocidas hasta el momento para estos supresores de tumores y ayudarán a entender los mecanismos que dan lugar al origen de los tumores de ovario y de mama.
Predisposición genética Aunque individuos con el síndrome de cáncer de mama y ovario congénito heredan un solo alelo defectuoso en BRCA1 o en BRCA2 de su madre o de su padre, tienen un segundo alelo que es funcional. Ahora bien, si este segundo alelo es afectado, se puede desarrollar una célula cancerígena a través de la acumulación de mutaciones adicionales del ADN de la célula. “Las mutaciones heredables en los genes BRCA1 y BRCA2 incrementan el riesgo de cáncer de mama y ovario y se asocian con un riesgo mayor de sufrir otros tipos de cáncer.
Las mutaciones en BRCA1 y BRCA2 representan en conjunto entre el 20 y 25% de los cánceres de mama hereditarios y entre el 5 y 10% de todos los cánceres de mama. Además, representan casi el 15% de los cánceres de ovarios según datos del National Cancer Institute de EE.UU.”, añade Aguilera. Una mujer portadora de un alelo mutado de BRCA2 tiene entre el 50% al 85% de probabilidades de desarrollar cáncer de mama a lo largo de su vida y entre 15% y el 20% de cáncer de ovario, mientras que en la población femenina general estas frecuencias son del 11% y entre 1% y 2%, respectivamente.

 Referencia bibliográfica: Vaibhav Bhatia, Sonia I. Barroso, María L. García-Rubio, Emanuela Tumini, Emilia Herrera-Moyano & Andrés Aguilera. BRCA2 prevents R-loop accumulation and associates with TREX-2 mRNA export factor PCID2. Nature (2014). DOI: 10.1038/nature13374

martes, 8 de julio de 2014

''La aspirina frena el envejecimiento''

La aspirina ralentiza el envejecimiento del genoma APA04/07/1487
 La aspirina ralentiza el envejecimiento del genoma
Es bien sabido que el estilo de vida de las personas tiene efecto en el riesgo de cáncer.
Científicos suizos han demostrado ahora que eso es, al menos parcialmente, producto de los efectos de los factores del estilo de vida en el genoma.
 Mientras el uso habitual de aspirina ralentiza el envejecimiento, el tabaquismo lo acelera.
El estudio se publicó en el "Journal of the National Cancer Institute".
 Científicos de la Universidad de Basilea examinaron muestras de tejido intestinal de 550 mujeres de más de 50 años para analizar grupos metilo específicos del ADN. Con estos, la célula sabe qué genes leer y qué función debe cumplir. Pero con el tiempo los marcadores cambian, lo que contribuye al desarrollo de cáncer.
 Los investigadores han comparado ahora los grupos metilo con la información proporcionada por las mujeres acerca de su estilo de vida. Hallaron que el uso habitual de aspirina y el tabaquismo llevaban a cambios en los marcadores genéticos, cambios no obstante con efectos opuestos: mientras el tabaquismo aceleraba los efectos, la aspirina los ralentizaba.
 Los genes que se asocian con el desarrollo de cáncer se ven especialmente afectados por ello, afirmó la autora principal, Faiza Noreen. Sin embargo, los investigadores sugirieron no tomar aspirina exclusivamente para la prevención del cáncer sin consultar a un médico primero.
El motivo principal es que dicho fármaco también puede desencadenar diferentes efectos secundarios.

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Fuente"Journal of the National Cancer Institute"

jueves, 15 de mayo de 2014

''Porque las mujeres viven mas que los hombres''

La pérdida del cromosoma Y, posible causa de que los hombres vivan menos que las mujeres
Un estudio sugiere que, además, esta pérdida supone un aumento del riesgo de padecer cáncer
 En general, los hombres tienen una esperanza de vida más corta que las mujeres y mayor riesgo de padecer cáncer.
 Un estudio realizado en Suecia sugiere que la causa subyacente a estas diferencias por sexo estaría en la pérdida del cromosoma Y en células sanguíneas, una mutación que se produce en los hombres con el paso de los años. En general, es bien sabido que los hombres tienen una esperanza de vida más corta que las mujeres.
 Un reciente estudio, dirigido por investigadores de la Universidad de Uppsala (Suecia), muestra una correlación entre la pérdida del cromosoma Y en las células sanguíneas y una vida más corta; así como una mayor mortalidad por cáncer.
 Los hombres tienen un promedio de vida más corto que las mujeres, y la incidencia de cáncer y la mortalidad por esta causa es mayor en los hombres que en las mujeres. Sin embargo , los mecanismos y los posibles factores de riesgo que subyacen a estas diferencias entre los sexos han permanecido en gran parte desconocidos. Las alteraciones que, a lo largo de nuestra vida, se van acumulando en el ADN celular han sido relacionadas previamente con ciertas enfermedades, como el cáncer y la diabetes.
 En un estudio, publicado recientemente en la revista Nature Genetics, un equipo internacional de investigadores analizó el ADN de muestras de sangre de un grupo de más de 1.600 hombres de edad avanzada. Pérdida en glóbulos blancos Se descubrió así que la alteración genética más común entre los participantes en la investigación era una pérdida del cromosoma Y en una proporción de leucocitos o glóbulos blancos de la sangre.
 El grupo de hombres fue estudiado durante muchos años, de tal manera que los investigadores pudieron detectar la correlación entre la pérdida del cromosoma Y y una supervivencia más corta. "Los hombres que habían perdido el cromosoma Y en una gran proporción de sus glóbulos blancos, tuvieron una menor supervivencia, independientemente de la causa de su muerte.
 También hemos podido detectar una correlación entre la pérdida del cromosoma Y y el riesgo de mortalidad por cáncer", explica Lars Forsberg, investigador del Departamento de Inmunología, Genética y Patología de la Universidad de Uppsala y director del estudio, en un comunicado de dicha Universidad.
 El cromosoma Y está presente sólo en los hombres. Los genes que este cromosoma contiene están asociados a la determinación del sexo y a la producción de esperma. "Usted probablemente haya oído que el cromosoma Y es pequeño, insignificante, y que contiene muy poca información genética. Esto no es cierto. Nuestros resultados indican que el cromosoma Y tiene un papel importante en la supresión de tumores, y podría explicar por qué los hombres tienen cáncer con más frecuencia que las mujeres. Creemos que, en un futuro, el análisis del cromosoma Y podría convertirse en un marcador general útil para predecir el riesgo de desarrollar cáncer", concluye Jan Dumanski, otro de los autores de la investigación.
 Referencia bibliográfica:
 Lars A Forsberg, Chiara Rasi, Niklas Malmqvist, Hanna Davies, Saichand Pasupulati, Geeta Pakalapati, Johanna Sandgren, Teresita Diaz de Ståhl, Ammar Zaghlool, Vilmantas Giedraitis, Lars Lannfelt, Joannah Score, Nicholas C P Cross, Devin Absher, Eva Tiensuu Janson, Cecilia M Lindgren, Andrew P Morris, Erik Ingelsson, Lars Lind, Jan P Dumanski. Mosaic loss of chromosome Y in peripheral blood is associated with shorter survival and higher risk of cancer. Nature Genetics (2014). DOI: 10.1038/ng.2966.