La obesidad puede reducir la vida Pero los investigadores también descubrieron que ser demasiado delgado también se relacionó con una menor longevidad. Medlineplus Ser demasiado gordo puede acortar la vida, pero ser demasiado delgado también puede reducir la longevidad, según sugiere un estudio reciente. Usando datos de casi 1.5 millones de adultos, seleccionados de 19 análisis distintos, investigadores de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de EE. UU. encontraron que el cinco por ciento de la población del país se puede clasificar como obesos mórbidos, una cifra cinco veces superior de lo que se pensaba. Las personas con obesidad mórbida tienen un índice de masa corporal (IMC) a partir de 40 y una tasa de muerte de más del doble que las personas de peso normal, según la autora del estudio Amy Berrington de Gonzalez. El IMC es una medida de la grasa corporal basada en la estatura y el peso. Los que tienen IMC de 25 a 30 se consideran en sobrepeso, mientras que un IMC por encima de 30 se considera obesidad. El estudio, que buscaba establecer un rango óptimo de IMC, mostró que era de 20 a 25 en los que nunca habían fumado, y entre 22.5 y 25 en los que sí. Dos tercios de los adultos estadounidenses están clasificados como con sobrepeso u obesos. "Nos enfocamos sobre todo en el IMC alto, superior a 25, y la meta era clarificar las relaciones [entre el peso y la longevidad] en lugar de esperar encontrar algo completamente nuevo", señaló Berrington de Gonzalez, investigadora de la división de epidemiología del cáncer y genética del Instituto Nacional del Cáncer en Bethesda, Maryland. Aunque su equipo no calculó el número de años de vida potencialmente perdidos debido a la obesidad, determinaron que las tasas de muerte más altas de este grupo se debían a enfermedad cardiovascular. Alrededor del 58 por ciento de los participantes del estudio eran mujeres, y la edad promedio en la línea base fue e 58 años. Más de 160,000 participantes murieron durante el periodo de seguimiento, que varió entre cinco y 28 años, y 35,369 de esas muertes se dieron entre personas que nunca habían fumado ni tenían antecedentes de cáncer ni enfermedad cardiaca. Los resultados fueron similares en hombres y mujeres, cuyo IMC en la línea de base fue de 26.2. La gran muestra incluida en el informe, que aparece en la edición del 2 de diciembre de la revista New England Journal of Medicine, permitió a los investigadores evaluar las diferencias según la edad, el sexo, el tiempo de seguimiento y el nivel de actividad física. Los investigadores decidieron enfocarse solamente en blancos no hispanos porque la relación entre el IMC y la mortalidad podría diferir entre grupos raciales y étnicos distintos. "Esto confirma que la población está engordando, algo que ya se sabía", aseguró el Dr. Michael J. Joyner, profesor de anestesiología de la Clínica Mayo con experiencia en temas sobre la fisiología del ejercicio, la fisiología humana y la composición corporal. "Considero que estos datos son de confirmación". Joyner y Berrington de Gonzalez anotaron que los resultados del estudio también asociaron tener un peso por debajo de lo normal con mayores tasas de mortalidad, aunque los motivos no están completamente claros. Los participantes del estudio con IMC muy bajos, de 15 a 18, tuvieron mayores tasas de mortalidad que los que tenían IMC de 22.5 a 24.9, según la investigación, que atribuyó el fenómeno por lo menos en parte a enfermedades preexistentes en el grupo de bajo peso. La asociación entre un IMC bajo y las tasas de mortalidad fue algo más débil entre aquellos que hacían ejercicio que entre los que estaban inactivos. Los fumadores conformaban una cuarta parte de los participantes del estudio en la categoría del IMC más bajo, pero apenas ocho por ciento de los que estaban en la categoría más alta de IMC, de 40 a 49.9. El cáncer y el enfisema preexistentes fueron ligeramente más comunes en las categorías de IMC bajo, mientras que la enfermedad cardiaca preexistente se hizo más común a medida que los IMC aumentaban. "Una interpretación es que las personas tenían IMC bajos porque habían perdido peso debido a que ya estaban enfermos", apuntó Berrington de Gonzalez. "O que tener un peso bajo conlleva un mayor riesgo de muerte. No podemos decir con certeza cuál explicación es la correcta". FUENTES: Michael J. Joyner, M.D., professor, anesthesiology, Mayo Clinic, Rochester, Minn.; Amy Berrington de Gonzalez, Ph.D., division of cancer epidemiology and genetics, U.S. National Cancer Institute, Bethesda, Md.; Dec. 2, 2010, New England Journal of Medicine.
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