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viernes, 28 de septiembre de 2012

"Dieta Hipocalórica alarga la vida"

Somos lo que comemos, . Y dentro de lo bueno que puede tener saber alimentarse quiero daros a conocer los descubrimientos recientes sobre la dieta y la longevidad. Las personas más longevas del planeta son unas ancianitas japonesas de la isla de Okinawa, famosas no solo por su larga vida sino por la calidad de esta. Este es solo uno de los ejemplos de los beneficios de una dieta baja en calorías, por debajo de 1900 diarias. O lo que es lo mismo, una dieta hipocalórica alarga la vida. Vamos a ver el por qué. Hablemos de los beneficios: Llevar una dieta baja en calorías disminuye el riesgo a sufrir infartos, cancer y diabetes; se previene enfermedades en los riñones, así como el Parkinson y el Alzheimer; disminuye el deterioro del sistema inmune; disminuye el colesterol en sangre y mejora la capacidad cerebral. ¿Por qué tiene todas estas ventajas? Según muchos estudios sobre estas dietas en ratones y primates ( y hay grupos de personas que la siguen) se supone que es un logro evolutivo, es decir, el cuerpo reacciona ante la falta de alimento reforzando el sistema inmune, poniéndolo en alerta máxima mientras llega el alimento y activando el cerebro, poniéndolo, podríamos decir, en modo cazador y en máximo rendimiento. Esto durará mientras dure la dieta hipocalórica siempre que ingiramos lo mínimo para mantener en condiciones el cuerpo, entre las 1500 y 1900 calorías, por supuesto saludables, de vegetales y pescado. A esto le sumamos que este tipo de dieta reduce los daños por oxidación de las células y por lo tanto de los órganos del cuerpo, el cuerpo necesita oxígeno para convertir los alimentos en energía; el oxígeno ayuda a convertir las moléculas energéticas (como la glucosa), en combustible celular útil , liberando electrones en el proceso. Estos electrones se unen al oxígeno atrapando hidrógeno a su paso y dan agua como resultado. El problema de la combustión de alimentos es que a veces los electrones liberados no son atrapados, quedando a la deriva en el interior del organismo, y uniéndose a otras moléculas para formar compuestos altamente reactivos: se trata de los famosos radicales libres. Estos últimos no solamente dañan los tejidos internos, sino que al parecer también son capaces de alterar el código genético de las células. Las mitocondrias, que son las fábricas celulares de energía útil, son susceptibles a los ataques de los radicales libres, generando todavía más electrones descarriados y engordando el proceso. La dieta hipocalórica aquí lo que consigue que al ser menor la cantidad de alimento que hay que procesar el organismo podrá recoger todos los electrones perdidos y evitar el daño de los radicales libres, a su vez, libre nuestro cuerpo de reparar esos daños, dedicará esa energía a mejorar lo ya existente, con lo cual la dieta hipocalórica no solo alarga la vida sino que rejuvenece a aquel que la siga. Como ejemplo tenemos a los ratones con dietas restrictivas frente a los que no. Los segundos, sin dietas, y en edades avanzadas, ocupaban su actividad genética en reparar daños por oxidación, mientras que la actividad genética de los ratones con restricciones de calorías se ocupaba en procesos de biosíntesis de proteínas nuevas (este proceso es característico de organismos jóvenes o en crecimiento) y muy poco en procesos de reparación celular. Por lo tanto mejora y rejuvenece los órganos. Se comprobó también que el gen sirt1 en dietas restrictivas actúa sobre la molécula de ADN inhibiendo un factor que induce la muerte celular. Por otro lado,otra investigación con ratas se centró en evaluar los niveles de grasa y su relación con el gen sirt1, sugiriendo que este gen promueve la movilización de las grasas y su eliminación durante una dieta hipocalórica. La restricción de calorías también hace aumentar la producción de algunas hormonas, como las glucocorticoides, que entre varios efectos (muchos todavía desconocidos) hacen aumentar los niveles de glucosa en la sangre (para mantener activo el organismo hasta la siguiente comida) y están involucradas en la lucha contra las inflamaciones. Hay otras hormonas relacionadas con la escasez de calorías y que se están estudiando en relación a la longevidad y mejora de la salud. Aquí tenemos el ejemplo de Okinawa ya mencionado, esta comunidad japonesa se caracteriza por comer hasta un 30 % menos calorías que el resto de sus compatriotas y todas basadas en pescado y verduras, tienen no solo una vida longeva sino libre de enfermedades y con una capacidad cerebral envidiable. Su costumbre a la hora de comer es la de levantarse de la mesa con un poco de hambre, nunca se sacian y tienen una población de “super centenarios” ( 110 o más) fuera de lo común, 55 por 100.000 personas, el doble que en el resto del país, que ya es el primero en la lista de más centenarios. Esta sería las reglas que básicamente siguen estos isleños a la hora de alimentarse: -Las frutas, las legumbres y los cereales representan el 70% de los alimentos consumidos . Constituyen la base de todos los platos y son cocidos principalmente al vapor para preservar sus virtudes. -Los cereales son consumidos completos, por la fibra y las vitaminas. -Los alimentos ricos en proteínas son seleccionados entre los pescados. -La soja está presente en todas las comidas bajo diferentes formas. -El té es consumido a toda hora del día, asociado a las comidas y fuera de ellas, caliente o frío. -Numerosas hierbas y especias se usan para realzar el sabor de los platosque no están cocidos con materias grasas -Nunca llenarse en las comidas. En relación a la muestra con primates que se está llevando a cabo, llevará mucho tiempo ver los resultados, será un estudio de unos 35 años con una muestra de 200 monos, la mitad con dietas restrictivas y la otra mitad no, aún no hay resultado, pero se ha constatado que los monos con la dieta hipocalórica ya presentan signos inusuales de buena salud. En un grupo de humanos de una asociación que practica la dieta baja en calorías se ha constatado no solo el buen estado de salud de estos, sino el rejuvenecimiento de sus órganos al llevar un tiempo con ella, se ha podido comprobar que el corazón de personas con dietas restrictivas de larga duración, goza de una edad inferior ( de hasta diez años) a la edad del “ dietista”. Además se está estudiando si el hambre continua ralentiza la división celular tal como parece, con lo que añadiríamos a lo ya mencionado que el gasto de los telómeros ( responsables de nuestra mortalidad, pues se reducen con cada división celular) se alargaría proporcionando más años y de mejor calidad. Este tipo de dietas estimula también en personas obesas las sirtuinas, encimas reguladoras de los procesos metabólicos de manera que retrasan el envejecimiento.