martes, 11 de abril de 2017

Hacer dieta prolonga la vida

Científicos de la Brigham Young University de EEUU han descubierto en un estudio con ratones por qué comer menos ayuda a mantenerse joven.
La clave estaría en los ribosomas, los fabricantes de las proteínas celulares: al reducir el consumo de calorías, los ribosomas frenan su producción de proteínas, lo que los ayuda a repararse y a seguir funcionando bien.
Estudios previos habían encontrado otro vínculos biológicos entre comer menos y mantenerse joven. Hoy día, existe una industria de miles de millones de dólares dedicada a productos que luchan contra las señales del envejecimiento, pero lo cierto es que productos como las cremas antiarrugas sólo tratan la piel, y el envejecimiento sucede aun nivel mucho más profundo de nuestro organismo: el nivel celular.
 Ahora, un equipo de científicos de la Brigham Young University de EEUU ha descubierto por qué comer menos ayuda a mantenerse joven. Esta actitud, han demostrado, puede ralentizar el proceso celular del envejecimiento. Su investigación, que aparece publicada en la revista Molecular & Cellular Proteomics, ha hallado que cuando los ribosomas -que son los fabricantes de las proteínas celulares- se ralentizan, el proceso de envejecimiento también se ralentiza.
La disminución de esta velocidad reduce la producción (de proteínas), lo que da a los ribosomas más tiempo para repararse.
 En general, los ribosomas usan el 10-20% de la energía total de la célula para fabricar todas las proteínas necesarias para que la célula opere. Debido a esto, los ribosomas sufren un desgaste que pueden hacerles funcionar incorrectamente. Pero la reparación de sus partes individuales permite a los ribosomas continuar produciendo proteínas de alta calidad durante más tiempo, lo que a su vez mantiene a las células y a todo el cuerpo funcionando bien.
 "El ribosoma es una máquina muy compleja y periódicamente necesita mantenimiento para reemplazar las partes que se gastan más rápidamente", explica John Price, autor principal del trabajo. "Cuando los neumáticos se desgastan, no se tira todo el coche y se compra uno nuevo; es más barato reemplazar los neumáticos". Menos calorías, más vida En su estudio, los investigadores observaron dos grupos de ratones.
Uno de ellos tenía acceso ilimitado a alimentos, mientras que el otro solo podía consumir un 35% menos de calorías que los ratones del otro grupo, sin perder ninguno de los nutrientes necesarios para su supervivencia.
 Los resultados demostraron que "cuando se restringe el consumo de calorías, hay casi un aumento lineal de vida", asegura Price. De ello, "inferimos que esta restricción causó cambios bioquímicos reales que ralentizaron la tasa de envejecimiento". El papel de los ribosomas Según un comunicado de la Brigham Young University, aunque el equipo de Price no es el primero en establecer una conexión entre la reducción del consumo de calorías y la duración de la vida, sí ha sido el primero en mostrar que la síntesis general de proteínas se ralentiza gracias a dicha reducción; y en reconocer el papel de los ribosomas en los cambios bioquímicos que extienden la juventud.
 "Los ratones con restricciones calóricas fueron más enérgicos y sufrieron menos enfermedades", asegura Price. "Y no es sólo que hayan vivido más tiempo, además mantuvieron mejor sus cuerpos, duraron más tiempo jóvenes".
 Sin embargo, a pesar de lo observado en este estudio, Price cree que la gente no debería empezar a contar calorías y esperar mantenerse joven para siempre. La restricción de calorías no se ha probado en seres humanos como estrategia antienvejecimiento, y el mensaje esencial es entender la importancia de cuidar de nuestros cuerpos. Senectud, telómeros y calorías
 En 2010, una investigación realizada por científicos del BBSRC Centre for Integrated Systems Biology of Ageing and Nutrition (CISBAN) de la Newcastle University del Reino Unido, halló otra explicación de por qué una dieta baja en calorías ayuda a prolongar la vida y reduce la incidencia de trastornos relacionados con el envejecimiento.
 Por otro lado, los científicos descubrieron que los telómeros de los cromosomas de los ratones que consumieron una dieta baja en calorías se mantuvieron en buen estado, a pesar del envejecimiento de los animales. Los telómeros son los extremos de protección de los cromosomas, que impiden que en éstos se produzcan fallos y, en consecuencia, ciertas enfermedades. La dieta restringida se aplicó a ratones adultos, durante un breve periodo de tiempo, lo que demuestra que no es necesario seguir una dieta muy baja en calorías durante toda la vida para obtener beneficios para la salud, afirman los investigadores.
 En 2011, otro estudio más, ahora realizado por investigadores de la Universidad de Gotemburgo, en Suecia, identificó la relación entre la ralentización del envejecimiento por la reducción de la ingesta de calorías y una de las enzimas clave en el proceso de envejecimiento. Se descubrió que la restricción calórica retarda el envejecimiento porque evita que una enzima, la peroxiredoxina (Prx1), permanezca inactiva”.
 Referencia bibliográfica:
 Andrew D. Mathis, Bradley C. Naylor, Richard H. Carson, Eric Evans, Justin Harwell, Jared Knecht, Eric Hexem, Fredrick F. Peelor, Benjamin F. Miller, Karyn L. Hamilton, Mark K. Transtrum, Benjamin T. Bikman, John C. Price. Mechanisms of In Vivo Ribosome Maintenance Change in Response to Nutrient Signals. Molecular & Cellular Proteomics, (2017). DOI: 10.1074/mcp.M116.063255.

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